17 de noviembre de 2010

Magosto, homenaje a la castaña

El frío gana el pulso al tímido sol que todavía se asoma entre las nubes. Llega noviembre. Es tiempo de magosto, una fiesta popular donde el fuego y  la castaña son protagonistas.

El término magosto tiene su origen en el latín: Magnus Ustus, gran hoguera, o Magum Ustum, hoguera mágica. En ambos casos, el fuego da nombre a una fiesta que se realizaba tras la recogida del fruto, coincidiendo con el agradecimiento por la cosecha recibida en Samaín.


Castañas

Como tantos rituales celtas, el magosto celebra el final de la recolección. Reuniones en torno a la hoguera, después del equinoccio de invierno y justo antes de la temporada de la matanza. Una fiesta de exaltación y de agradecimiento a la Tierra por el alimento recibido.

Los ecos de entonces continúan resonando en nuestros tiempos y allí donde se dan los castaños, seguimos festejando en torno al fruto que en tiempos mantuvo a la población bien alimentada en los meses de frío. Un buen año de castañas garantizaba la supervivencia durante el invierno. Con ellas se molía harina, se nutría la familia. No en vano, la castaña, junto a la bellota, era un alimento principal que sólo perdió su importancia con la llegada del maíz y de la patata, tras el descubrimiento de América.

Esta tradición sigue muy presente en Galicia y en el norte y oeste de la Península Ibérica. Kilos y kilos de castañas, pan y el primer vino nuevo de la reciente vendimia se dan cita, año tras año, para organizar un festín en cada casa.

Me cuentan mis padres que en Taboexa, cuando ellos eran niños, se juntaban vecinos y familia para comer juntos na eira las castañas que habían recolectado. Sobre la tierra, un poco de fasco (hojas del pino secas esparcidas por el suelo) y algo de romero para dar aroma. Se prendía la lumbre y, cuando las brasas estaban listas, se añadían las castañas. Ummm... parece que puedo percibir el olor. Reuniones entrañables donde solían ponerse al día de los últimos rumores de la aldea y donde las canciones populares y las leyendas siempre hacían acto de presencia mientras se consumían las llamas.

Citas alrededor del fuego que a día de hoy siguen uniendo a los amigos y a la familia.

Magosto, un homenaje a la castaña que nos recuerda lo que fuimos.

Castaño en otoño
Si tienes ocasión de acudir a esta fiesta, cierra los ojos mientras las brasas asan el fruto que nos ofrece el "árbol del pan", de la vida, en la tradición celta. Seguro que sentirás el respeto que daban a este árbol sagrado, de porte majestuoso y enorme longevidad, que sigue salpicando nuestros bosques...

Y saborea la castaña como si de ello dependiese tu vida y la de los tuyos durante el frío invierno que llama a la puerta. Seguro que verás con otros ojos esta celebración y las castañas te sabrán muchísimo más sabrosas.

¡Buen provecho!

2 comentarios:

  1. Ya estamos en Diciembre y aunque no estamos ya en época de magostos tengo que confesar que al leer hoy tus palabras me has hecho revivir el sabor de las castañas y el olor de la lumbre.GRACIAS

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  2. Gracias a ti por visitar este rinconcito de Galicia en internet. Un placer haberte traído a la memoria tan buenos recuerdos. Un abrazo.

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Confío en que vuelvas a pasarte por este rinconcito que mantengo en la red. :-)

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